Salud del Adolescente 1
Datos y cifras de la OMS

  • En 2020 murieron más de 1,5 millones de adolescentes y jóvenes adultos de entre 10 y 24 años de edad, lo que supone casi 5000 al día.
  • De todos los grupos de edad, el que presenta el menor riesgo de muerte es el de los jóvenes adolescentes de entre 10 y 14 años.
  • Las principales causas de defunción de adolescentes y jóvenes adultos son las lesiones y los traumatismos (incluidos los causados por el tránsito y los ahogamientos), la violencia, las conductas autolesivas, enfermedades infecciosas como las infecciones respiratorias y las dolencias ligadas a la maternidad.
  • La mitad de todos los trastornos de salud mental en la edad adulta comienzan antes de los 14 años, pero en la mayoría de los casos no son detectados ni tratados.
  • El hecho de empezar tempranamente a consumir sustancias está asociado a un mayor riesgo de caer en dependencias y otros problemas durante la vida adulta. El abuso de sustancias afecta a las personas jóvenes de forma desproporcionada, en comparación con las personas de más edad.
  • A escala mundial, en 2020 dieron a luz 41 de cada 1000 chicas de entre 15 y 19 años de edad.
  • Las probabilidades de supervivencia de adolescentes y jóvenes adultos son muy variables según el lugar del mundo de que se trate. En 2020, la probabilidad más alta de morir entre los 10 y los 24 años se daba en el África subsahariana, Oceanía (excluyendo Australia y Nueva Zelandia) África septentrional y Asia meridional (1). En promedio, la probabilidad general de que un niño de 10 años muriera antes de cumplir los 24 era 6 veces mayor en el África subsahariana que en América del Norte y Europa. 
  • Las lesiones y traumatismos no intencionados son una de las principales causas de muerte o discapacidad entre los adolescentes. En 2019 murieron casi 100 000 adolescentes (de 10 a 19 años) a consecuencia de un accidente de tránsito (2). Muchos de ellos eran «usuarios vulnerables de las vías de tránsito», esto es, peatones, ciclistas o usuarios de vehículos de dos ruedas motorizados. En muchos países hacen falta leyes más amplias de seguridad vial y hay que reforzar la aplicación de esas leyes. Además, los conductores jóvenes deben recibir asesoramiento sobre conducción segura, sin olvidar que las leyes que prohíben conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas deben aplicarse con rigor a todos los grupos de edad. Los niveles prescritos de alcoholemia deben ser más bajos para un conductor joven que para un adulto. Se recomienda la implantación de un permiso progresivo para conductores noveles, con tolerancia cero para la conducción bajo los efectos del alcohol.
  • El ahogamiento es otra de las principales causas de muerte de adolescentes: se calcula que en 2019 se ahogaron más de 40 000 adolescentes, que en más de sus tres cuartas partes eran varones. Una intervención esencial para prevenir estos fallecimientos es enseñar a nadar a los niños y adolescentes.
  • La violencia interpersonal se encuentra entre las principales causas de mortalidad de adolescentes y jóvenes en el mundo, aunque su peso varía sustancialmente de una región del mundo a otra. En los países de ingresos bajos y medianos de la Región de las Américas de la OMS es la causa de casi un tercio de todas las muertes de varones adolescentes. Según los datos de la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE), un 42% de los chicos adolescentes y un 37% de las chicas estaban expuestos a intimidación. La violencia sexual también afecta a una importante proporción de los jóvenes: 1 de cada 8 jóvenes da cuenta de abusos sexuales.
  • La violencia durante la adolescencia también acrecienta el riesgo de lesiones, infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual, problemas de salud mental, mal rendimiento en la escuela y deserción escolar, embarazo precoz, problemas de salud reproductiva y enfermedades transmisibles y no transmisibles.
  • En muchos países el consumo de alcohol en la adolescencia suscita gran preocupación. Puede reducir el autocontrol y alimentar comportamientos arriesgados, como las prácticas sexuales de riesgo o la conducción peligrosa, y es una causa subyacente de lesiones (en particular a consecuencia de accidentes de tránsito), violencia y muerte prematura. También puede engendrar problemas de salud que aparezcan en una etapa posterior de la vida y afecta a la esperanza de vida. Más de una cuarta parte de las personas de entre 15 y 19 años del mundo, lo que supone 155 millones de adolescentes, son consumidores actuales de alcohol. En 2016, la prevalencia de ingesta episódica de grandes cantidades de alcohol en adolescentes de entre 15 y 19 años fue del 13,6%, estando los varones expuestos al mayor nivel de riesgo.
  • El cannabis es la droga psicoactiva que más utilizan los jóvenes: alrededor de un 4,7% de las personas de 15 a 16 años lo consumieron al menos una vez en 2018.  El consumo de alcohol y drogas por parte de niños y adolescentes viene asociado a alteraciones neurocognitivas que más adelante pueden generar problemas de comportamiento, emocionales, sociales o académicos.
  • Según los cálculos, en 2019 había 1,7 millones de adolescentes (de entre 10 y 19 años) que vivían con el VIH, de los que alrededor del 90% estaban en la Región de África de la OMS (3).  Si bien las nuevas infecciones de adolescentes han ido cayendo sustancialmente desde el pico máximo registrado en 1994, este grupo de edad todavía representa alrededor de un 10% del total de nuevas infecciones de adultos por el VIH. Dentro de ese porcentaje, tres cuartas partes corresponden a chicas (4). Además, aunque las nuevas infecciones pueden haber disminuido en muchos de los países más gravemente afectados, la cobertura de las pruebas realizadas últimamente sigue siendo baja, lo que deja pensar que quizá muchos adolescentes y jóvenes adultos vivan con el VIH sin saberlo (5).
  • Los adolescentes que viven con el VIH tienen peor acceso a tratamiento antirretroviral y en ellos se observan índices más bajos de cumplimiento del tratamiento, permanencia en el proceso asistencial y supresión de la carga vírica. Un factor básico que contribuye a ello es la escasa prestación de servicios adaptados a los adolescentes, que incluyan apoyo e intervenciones psicosociales.
  • Cada año, aproximadamente 12 millones de adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19 años, y al menos 777 000 niñas menores de 15 años, dan a luz en regiones en desarrollo. Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto se encuentran entre las principales causas de mortalidad entre las jóvenes de 15 a 19 años en todo el mundo.
  •  La División de Población de las Naciones Unidas muestra que, en 2020, la tasa mundial de natalidad entre las adolescentes asciende a 41 partos por 1000 chicas de esa edad y, en función de los países, oscila entre 1 y más de 200 por 1000 (6). Esas cifras indican un marcado descenso desde 1990, que se refleja asimismo en la disminución de las tasas de mortalidad materna de las jóvenes de 15 a 19 años.
  • A nivel mundial, en 2016, más de uno de cada seis adolescentes de 10 a 19 años tenía sobrepeso. La prevalencia variaba según las regiones de la OMS, y oscilaba entre menos del 10% en la Región de Asia Sudoriental y más del 30% en la Región de las Américas.

1 Disponible en red:
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescents-health-risks-and-solutions